Wednesday, February 13, 2008

Hasta luego a todos!



Estoy en la cama, con la pierna izquierda vendada. Una forma como cualquier otra de cambiar de tercio.

Este fin de semana celebro con vendas que ya soy Ingeniero, por lo menos en Telecomunicaciones, por lo menos en Francia. Todo ello sujeto a la decisión de un comité que se reunirá dentro de poco. Aunque no tienen nada que hacer, soy demasiado bueno como para que puedan suspenderme … o por lo menos es lo que me gusta pensar. La otra, la de Ingeniero en Informática en España, tendrá que esperar a la siguiente convocatoria, cuando entregue las prácticas que me faltan. Pero sólo son eso, prácticas.

El trabajo que he encontrado en Madrid me inspira sentimientos encontrados. Un producto, unos clientes, unas necesidades que satisfacer. Mi trabajo, configurar la aplicación para satisfacer esas necesidades… Un trabajo triste y bien pagado. La otra cosa que me hizo aceptar fue un proyecto de gestión de conocimiento en una empresa que pretende crecer un 600% en número de empleados en los próximos 5 años. Puede ser interesante, si no, seguiré con mis proyectos: el extranjero y cambiar el mundo, no necesariamente en ese orden. Empiezo dos días después de mi 27 cumpleaños, ya iba siendo hora. Va haciendo falta una fuente de ingresos para pagar el alquiler de la casa que demostrará que en España, si somos dos Ingenieros es posible independizarse antes de los 30. Espero que la transición sea suave y que la convivencia sea lo mejor que me ha pasado nunca. La marca está muy alta, pero no hay que perder la esperanza.

Atrás queda el Erasmus, los amigos con los que he convivido durante este último año y medio. Todos ellos se han ido yendo poco a poco de Bordeaux, febrero, junio y septiembre. Todos los importantes fueron “hasta luego”. No hay “adioses”, sólo “luegos” más largos que otros. No podría escribir los nombres de todos los que han significado algo para mí, sería una lista demasiado larga y aburrida, pero, si tuviera que quedarme los más importantes de los que se fueron, en esa lista estarían sin duda Jaime, Jorge, Luci, Mikel y Gió.

También están todos los que se quedan, los de este año, con los que he pasado la segunda, y puede que mejor, parte de mi Erasmus. Echaré de menos mi casa siempre llena de gente, a Eli que no se puede concentrar si estudia a solas y a Héctor que me robaba las bombillas, la silueta de Dani sobre la silla, el mus y el patxarán con Iñigo, el estruendo de Ander, la voz cantarina de Paula, la cara tapada de Belén, la bata de Aitor, el nerviosismo de Adri cuando se acababa la cerveza, la sustancia mágica que tomaba Conchi, la franqueza de Mikel S, el Español creativo de Christian, el francés creativo de Martina. A todos vosotros también os echaré de menos, mucho.

De todas formas tampoco se puede ser Erasmus toda la vida. Ni siquiera se puede extender la estancia más de unos pocos días. Aunque no lo parezca, los Erasmus también trabajan y tienen clases y dos días de más en Bordeaux me aseguran que estar allí con todo acabado y con gente ocupada a tu alrededor es mortalmente aburrido. Suerte que llegó Elisa y nos vinimos a Andorra a aprender a esquiar. Pena que en las primeras tres horas se me clavara la rodilla en la nieve de una maldita pista azul. Suerte que sólo fue un esguince, como me han asegurado en la enfermería.

Muchos abrazos a todos.